Enfoque

Ya va siendo hora de hablar del enfoque. De poco sirve profundizar en la exposición y demás factores sin saber como y porqué se deben enfocar las fotografías.

Incluso nosotros necesitamos enfocar para poder ver algo de forma nítida. Lo mismo sucede con nuestra cámara, este proceso que para nosotros es algo intuitivo y no nos percatamos de como lo hacemos, pero cuando acercamos un objeto, podemos ver como al mirarlo vemos todo lo demás desenfocado. Acércate un lápiz a pocos centímetros de tus ojos y lo verás.

Con nuestra cámara el proceso suele ser automático, apretamos el disparador hasta la mitad y vemos esa luz verde encendida o redonda que deja de parpadear y podremos disparar, ¿pero sabemos lo que estamos haciendo y enfocamos a lo que deseamos? Expliquemos el proceso y como hacerlo menos automático.

Antes de empezar debemos tener en cuenta que no es lo mismo una fotografía mal enfocada que movida pese a que puedan parecerse. Una fotografía movida es aquella que ha trepidado al ser disparada, ya sea porque nos estábamos moviendo o por disparar a una velocidad muy lenta. En otro post explicaremos como evitarlo.

Debemos entender un par de conceptos respecto al enfoque. El enfoque se realiza en relación a una distancia, es decir, si enfocamos a un sujeto que se encuentra a cinco metros, todo lo que esté a esa distancia estará enfocado, pero lo demás no. Esto debe quedar muy claro, de hecho en los objetivos profesionales, al enfocar nos indica a que distancia estamos enfocando de manera que podemos hacer lo contrario, enfocar manualmente si sabemos la distancia a la que se encuentra lo que queremos capturar y tan solo encuadrar y disparar.

El segundo concepto que tenemos que tener muy claro es el de la profundidad de campo. Cuanto más cerremos el diafragma más distancia tendremos enfocada, esa distancia es mayor en la zona posterior al sujeto que en la de delante, de tal forma la distancia enfocada por detrás es el doble que delante. De esta forma, para fotografiar un paisaje, necesitaremos mucha profundidad de campo para tenerlo todo enfocado y por el contrario para un retrato, si queremos desenfocar el fondo abriremos el diafragma al máximo para reducir la profundidad de campo al mínimo.

Dependiendo del modelo de nuestra cámara tendremos el botón de enfoque en el de disparo, de forma que al apretarlo hasta la mitad, la cámara buscar el punto de enfoque que tengamos marcado y tratará de enfocar lo que haya en él. Hay cámaras con tres, once, veinte, treinta, cincuenta… dependiendo del modelo tendremos más o menos. ¿Son útiles? Sí y no. Dependiendo de que tipo de fotografía que vaya a hacer los uso o no. Cuando quiero hacer retrato sólo uso el central, enfoco y reencuadro. En cambio si estoy en un concierto si busco un punto de enfoque que se sitúe en la cara o en otro lugar que me interese sin tener que reencuadrar ya que el sujeto se está moviendo y no podría hacerlo sin arriesgarme a perder el enfoque.

En otros modelos, los más avanzados, no tenemos únicamente el botón de disparo para realizar el enfoque. Canon tiene un botón al que podemos asignarle varias funciones, una de ellas es la de realizar el enfoque, Nikon asigna un botón para ello. Al hacerlo ganamos el poder enfocar cuando queramos al margen de si vamos a disparar o no. Para reencuadrar usando el mismo botón estamos obligados a pulsar el botón de bloqueo de enfoque AF-L, separándolo no, y es mucho más práctico.

Dependiendo de la marca tenemos varios métodos de enfoque, pero podemos resumirlos en dos, enfoque con servo único (puntual) o servo continuo (continuo), el automático lo dejo de lado ya que si escapamos de los automatismos, no vamos a usarlo para el enfoque.

El enfoque con servo único (AF-S) sirve para tomas estáticas o aquellas en las que el sujeto no esté en movimiento, como comentaba al inicio, al pulsar el botón de enfoque o de disparo a la mitad, la cámara buscará en nuestro punto de enfoque y lo enfocará si puede. Una vez enfocado este no variará y no deberemos alterara la distancia respecto al sujeto, todo lo que esté a la misma distancia estará enfoco. una vez enfocado podemos recomponer si es necesario.

El enfoque continuo (AF-C) como su nombre indica es continuo, se usa para enfocar a sujetos en movimiento, una vez enfocado la cámara intenta seguir enfocándolo una y otra vez para poder hacer la fotografía con el sujeto enfocado. Hemos de tener en cuenta que aquí entran en juego varios aspectos. El método usado por la cámara, que los podemos configurar para que realice más rápido o más lentamente los enfoques, es decir que tarde más o menos entre un intento y otro, para sujetos más rápidos deberemos tenerlo al mínimo de tiempo, lógico, ¿no? También tiene mucho que ver si el objetivo es rápido o lento y en ello interviene como de costumbre el precio.

¿En que situaciones nuestra cámara no lograra enfocar? Pensemos que entre los sistemas usados por las marcas, siempre hay un elemento en común. Que es necesario un contraste entre el sujeto y el fondo, es decir, una persona vestida de blanco sobre una pared blanca será complicada de enfocar. Y por otro lado, la luz. Sin luz, la cámara no ve, de manera que la cámara no es capaz de separar sujeto de fondo y no enfocará.

Normalmente en servo único el cuerpo tiene una luz de ayuda al enfoque, al igual que los flashes de mano. Otra solución es iluminar el sujeto con una linterna.

A partir de ahora… ya no hay escusas para no enfocar correctamente nuestras fotografías.

Aprendiendo a exponer de nuevo

Tras el último artículo hemos visto que nuestra cámara nos engaña y que si queremos sacar el máximo partido a nuestro sensor tenemos que hacer una buena medición. Pues vamos a abordar este tema de una vez por todas.

Como expliqué, el expositómetro mide como si todo fuera un gris 18%. En muchas de las situaciones acertará con esa media, pero si tenemos que hacer una foto a algo blanco, ¿Qué sucederá? Si nos fiamos de su medición interpretará la luz reflejada del blanco como si viniera de un gris 18% y nos dará un tono grisaceo subexpuesto. Al contrario, si vamos a fotografiar algo negro, hará lo contrario, lo aclarará sobreexponiendolo y volviéndolo de nuevo gris.

¿Qué hacer? Lo ideal si se trata de fotografía de estudio sería usar un fotómetro externo y medir la luz incidente en nuestro sujeto y no la reflejada, pero si no disponemos de el o estamos en exteriores… no vamos a parar a la gente para medirlos y luego hacer la foto, ¿no? La solución es usar nuestro conocimiento de ese fallo y adaptarnos a él.

En nuestra cámara tenemos un botón con un dibujo cuadrado dividido en dos mitades con un + y un -. Ese botón es la compensación de exposición. Si lo apretamos podemos ir dependiendo de la cámara de -3 EV hasta 3 EV. ¿Que significa? Si vamos a fotografiar algo blanco podemos poner la compensación en +2 nos llevará el histograma 2 pasos más de lo que hubiera medido sin compensarlo. Si vamos a fotografiar una escena oscura podemos poner -1 o -2 dependiendo del tono.

Forzamos a nuestro fotómetro a trabajar con esa variación que nosotros ya sabemos que nos hará falta para una correcta exposición.

Ahora vamos a abordar tres métodos para realizar una buena exposición.

¿Tenemos histograma en vivo en nuestra cámara?

Si la respuesta es afirmativa es un buen método, activamos el Live View, y visualizamos el histograma, ajustamos la exposición para que el histograma llegue a la zona de blancos, derecha pero no llegue a desbordarse. Una vez lo tenemos ajustado, ya podemos quitar el live view y trabajar por el visor para encuadrar con más comodidad.

Si no disponemos de él, hay un sistema muy eficiente, pero que requiere un tiempo para realizar la medición, es ideal si no tenemos prisa como en paisajes o naturaleza. Cambiaremos el modo de medición a puntual. De esta forma sólo mediremos la zona del punto de enfoque del visor. Buscaremos la zona más clara de la escena que vayamos a fotografiar y expondremos para ella. Como sabemos que nuestro expositómetro tenderá a subexponer podremos compensar con un +1 tranquilamente. Una vez hemos expuesto para esa zona más clara encuadramos y disparamos.

¿Qué hemos hecho? Exponer para la zona más clara de manera que nos hemos llevado la zona de más altas luces a la derecha. El resto del histograma se llenará con los tonos que el rango dinámico de nuestra cámara permita. Si en la toma nos encontramos con zonas empastadas en las sombras es que la escena que queremos retratar tiene más tonos que los que nuestra cámara permite.

Por último si no tenemos tiempo para medir la zona de altas luces porqué estamos en medio de un evento, con niños, bodas, etc. Sólo nos queda confiar en nuestro criterio. Pondremos una medición matricial y observaremos la escena, como no haremos, en principio cambios radicales, compensaremos la exposición como creamos oportuno, un buen inicio puede ser un +1. Y dispararemos.

¿Qué sucede si nos quedan zonas empastadas en las sombras y el histograma esta bien lleno? Si nuestro histograma está lleno, bien derecheado y pese a ello tenemos zonas empastadas en las sombras significa que la escena que queremos fotografiar excede el rango dinámico de la escena, hay más tonos de los que nuestro sensor puede captar. ¿Soluciones? O volver cuando el contraste de luces sea menor, por ejemplo al amanecer o atardecer cuando el sol no está en su cenit. Otra opción es usar herramientas como el HDR para captar más tonos combinando más de una toma.

Histograma y Rango Dinámico

Ahora que ya sabes exponer siguiendo la información que nos da el fotómetro / expositómetro de nuestra cámara debemos dar un paso más. Empezaré con una afirmación que te dejara un poco cabreado con la marca de tu cámara, pero no te sulfures, por el momento, todas funcionan igual, así que mejor tomárselo con filosofía.

El fotómetro de tu cámara te engaña y no te da una información 100% fiable. Da igual que te hayas gastado 400, 600, 1000, 2000… el fotómetro que lleva incorporado la cámara mide la luz reflejada en lo que tenemos delante del objetivo. No sabe que color tienes delante, suponiendo que sea sólo uno, que en realidad serán una infinidad de tonos y no todos reflejan igual la luz. No es lo mismo fotografiar una pared negra que una blanca, cada una refleja una cantidad de luz diferente. De modo que los ingenieros han optado por una solución salomónica. Usan una cantidad media que si bien funciona muy bien para situaciones genéricas, para las concretas, es un total desastre, pero no hay más remedio. Han optado por asumir que siempre haremos fotografías a un gris al 18%. Es lo que hay.

En la siguientes entradas os iré explicando como afrontar y adaptarnos a este hecho y conseguir una exposición correcta sin fiarnos del todo de lo que nos dice la cámara. Una vez sabido este error, nos adaptaremos a él para conseguir sacar todo el rendimiento a nuestra cámara.

Para ello debemos dar unos pasos teóricos que son inevitables para entender como se debe exponer correctamente una toma y nos ayudarán a entender como funciona una cámara digital.

Empezaremos por el rango dinámico. Este término tan aparentemente técnico es una de las características a valorar cuando estamos mirando un cuerpo a comprar. De ello dependerá la cantidad de tonos que será capaz de captar y es la explicación de porqué al hacer una foto en ocasiones decimos eso de que «lo veía diferente». 

Con un ejemplo lo verás clarísimo. Queremos fotografiar una escena a las 12 del mediodía en un día soleado, lleno de sombras y zonas en pleno sol. Nuestros ojos se adaptar perfectamente y podemos ver claramente las zonas iluminadas, las sombras… vemos texturas, detalles. Eso sucede porqué nuestra vista tiene un gran rango dinámico. Ahora cogemos la cámara y disparamos. Pueden pasar tres cosas, dependiendo de como hayamos medido la escena. Que sólo salgan bien las zonas iluminas y el resto negro empastado sin detalle. Que haya la medición haya hecho un promedio de luces y sombras y al haber tanto contraste se haya quedado en tierra de nadie y las luces estén quemadas y las sombras negras, ambas sin detalle o que haya medido las sombras y las zonas de altas luces sean blancas sin detalle. Siempre hay una zona en la que nuestra cámara no ha conseguido captar todos los detalles y texturas de la escena. El sensor tiene un relativamente reducido rango dinámico.

El rango dinámico viene dado por el número de pasos de luz (EV’s) que es capaz de registrar. Por ejemplo, si nuestro sensor tiene un rango dinámico de 12 EV’s será capaz de captar correctamente desde la zona de más sombras a la de más altas luces una distancia de 12 pasos de luz, todo lo que se escape de este intervalo, rango, por encima saldrá quemado / sobreexpuesto (blanco sin detalle) y por debajo subexpuesto (negro sin detalle).

Los sensores de mayor tamaño tienen más rango dinámico y eso se traduce en dinero. Una Full Frame tiene más rango que una ASP-C y una cámara de formato medio más que una Full Frame.

Bien, ahora que sabemos que nuestro sensor es capaz de captar sólo una cantidad concreta de luz, que es el rango dinámico deberemos hacer una medición correcta para aprovechar todos esos pasos de luz que es capaz de registrar. Si hacemos una exposición demasiado baja y sólo captamos 6Ev’s de las 12 que es capaz nuestro sensor estaremos perdiendo información y eso se nota muchísimo cuando vayamos a revelar el RAW.

RAW, ¿Que és eso? Nuestra cámara réflex puede sacar nuestra imagen en JPG, sí. Pero gastarse más de 400€ para hacer una foto en JPG… es como tener un Ferrari y sacarlo a dar una vuelta a la manzana. El RAW es el negativo digital, una imagen sin modificar. 

Cuando disparamos en JPG la cámara genera un RAW que interpreta según los parámetros que lleve o le hayamos incluido en el menú. Nos modificará la intensidad, contraste, tonos, enfoque… y nos la dejará lista. En cambio el RAW contiene todos los datos del disparo para luego poder alterar y revelar a nuestro gusto, no como un ingeniero japonés haya tenido oportuno decidir. Más adelante abordaremos los RAW’s, pero a partir de ahora daré por sentado que disparamos en RAW, sino no vale la pena dar tantas vueltas a la exposición.

Ya sabemos que nuestro sensor tiene un determinado rango dinámico que hay que aprovechar para poder sacarle todo el partido posible a la foto en el revelado / edición. ¿Pero como se yo si lo he aprovechado o no al disparar?

Por fortuna estos ingenieros que tantas decisiones toman por nosotros en los modos automáticos también nos dan herramientas para controlar nuestro proceso manual. Y una de las más importantes sino la que más es el histograma.

El histograma es una representación gráfica de la fotografía en dos dimensiones en la que nos dice cuantos pixels hay de cada tono en la imagen desde el negro hasta el blanco. Es decir, sabemos cuando nuestra imagen se queda subexpuesta porque la zona de negros está llena de información o se a sobreexpuesto porque lo está la zona de blancos. Cuando uno de los lados del histograma se llena diremos que se ha desbordado.

Vamos a ponernos un poco más técnicos para explicar porqué es importante llenar el histograma. Como decía el eje X tiene la información de los tono, la cantidad de tonos que el sensor puede registrar, si es de 12 EV’s, ahí están los 12 pasos repartidos en tonos. Siempre que tengamos una parte del histograma sin información es que hemos hecho una mala medición y hemos perdido parte de esos 12 pasos.

Y una vuelta de tuerca más. Lo diré sin excesivos tecnicismos, pero es vital que entendamos que el histograma no es lineal. Si nos hemos quedado cortos y sólo hemos llenado la mitad del histograma no hemos perdido el 50% de la información. ¡Sino más de 75%! Como el histograma es una herramienta informática, el tamaño de información no se lineal, es exponencial. Imaginemos el histograma y dividámoslo en los 12 pasos que podemos registrar. Cada paso tiene el doble de información que el anterior. Si uno de los pasos tiene 256 bytes, el siguiente 512, el siguiente 1024, 2048, 4096…  la zona de la derecha del histograma, la zona de blancos tiene más información que el resto del histograma junta. Es de vital importancia conseguir llenarla de información sin desbordarse.

Bien, ya estás listos para dar un paso más en tus mediciones. Desde ya, es obligado activar el histograma en la visualización de las imágenes en la cámara para poder ver como hemos hecho la medición. En el siguiente artículo pondremos en práctica el histograma y nos aprovecharemos de él para exponer correctamente.

Aprenderemos a usar la compensación de exposición, histograma en vivo y como exponer con más precisión. 

La Ley De La Reciprocidad

Ahora que ya sabes disparar en manual, es momento de ir perfeccionando la técnica y una de las paradas obligadas es la ley de la reciprocidad.

Es un concepto muy elemental que quizás ya has pensado alguna vez en él sin darte cuenta. Ahora vamos a desarrollarlo y hablar un poco más en profundidad sobre la luz.

Cuando preparamos la exposición de una captura movemos los diales arriba y abajo para conseguir que la marca del expositómetro de la cámara marque 0. Cada movimiento del dial supone un tercio de paso y si lo movemos en dirección opuesta se contrarresta, ya sea del tiempo, del diafragma o de la ISO indistintamente. Pues es esto lo que nos dice la Ley de la reciprocidad.

El tiempo de exposición, la apertura del diafragma y la sensibilidad ISO están ligados entre ellos de manera que si tenemos una exposición correcta, la variación de uno de los tres parámetros debe ser compensada por alguno de los otros.

Vamos a explicarlo con un ejemplo.

Supongamos que estamos viendo pasar una maratón y queremos capturar a uno de los corredores. Nos ponemos manos a la obra, exponemos y nos da un valor de 1/60 y f11 con ISO 100, enfocamos (tengo pendiente hablar del enfoque, lo se) y disparamos.

La imagen ha salido bien expuesta, pero al disparar a un sesentavo (1/60s) el corredor ha salido movido. No desenfocado, el tiempo de obturación ha sido tan lento que no ha congelado el movimiento del corredor. Esta no es la fotografía que queríamos, queremos congelarlo. ¿Cómo lo hacemos?

Podemos hacerlo sin pensar, subiendo el dial del obturador hasta 500 y volver a buscar el 0 en el expositómetro, sí. Pero a estas alturas queremos ir perfeccionando el método, así que usaremos la cabeza y la ley de la reciprocidad.

La ley de la reciprocidad nos dice que si alteramos un parámetro debemos hacer lo mismo en sentido contrario con alguno de los demás para compensarlo.

En este ejemplo la velocidad de obturación la reducimos hasta 1/1000, 4 pasos de luz, 12 clicks.

Ahora deberemos compensar esos 4 pasos perdidos en el tiempo recuperándolos abriendo el diafragma y/o subiendo la ISO. Esos doce clicks se pueden aplicar en el difragma situándolo en f2.8.

Pero vamos a complicar más la situación, nuestro objetivo tiene una apertura máxima de f3.5 de manera que no podemos compensarlo sólo con el diafragma. Nos faltarían dos tercios de paso que es la diferencia entre f2.8 y f3.5.

La ley de la reciprocidad nos dice que la diferencia la hemos de compensar entre el diafragma y la ISO, no con uno de ellos, de forma que ese dos tercios que nos faltan los compensaremos con la ISO, subiéndola de 100 a 160.

Como ves es muy sencillo, cualquier variación que queramos hacer a partir del momento es que tenemos una exposición correcta para tener más o menos profundidad de campo, congelar el movimiento, captar el movimiento, reducir la ISO para obtener imágenes más nítidas deberéis compensarlo con el mismo número de pasos de luz en sentido inverso.

Si te fijas, todo tiene un mismo fin, que siempre hablamos de pasos de luz, EV’s, así cuando entremos en el mundo del flash y cuantifiquemos el contraste todo será más simple y estaremos familiarizados con ello.

Recuerda que un paso supone doblar o dividir la luz a la mitad según dejemos o reduzcamos. Así de simple.

El primer disparo en modo manual

Ya va siendo hora de poner en práctica lo que hemos estado aprendiendo. Sabemos como controlar la luz mediante el obturador, el diafragma y como último recurso la sensibilidad del sensor.

La cámara mide la luz reflejada de la escena que queremos capturar mediante un fotómetro que tiene incorporado. Más adelante veremos que este método no es el ideal, pero sí que funciona bien para la mayoría de situaciones y sobretodo para empezar a familiarizarnos con el modo manual.

Primero aprenderemos a usarlo y más adelante a optimizarlo.

Nuestra cámara puede interpretar la información del fotómetro de tres formas diferentes al menos. En los controles veremos un botón en forma de cuadrado con un punto en el centro rodeado de cuadrados. Nos permite elegir entre tres formas de medición.

Matricial, esta medición realiza una media de la luz de toda la escena. Ponderada central, al igual que la anterior tiene en cuenta la escena, pero da mas importancia al centro. Puntual, solo mide la información central omitiendo el resto del encuadre.

Para iniciarnos lo mejor es usar la matricial, la puntual la usaremos más adelante. En matricial la cámara intentará equilibrar las luces, siempre que el contraste no sea muy elevado, es la opción más práctica y sencilla.

Vamos a coger la cámara, la encendemos, modo manual y medición matricial. Entonces al mirar por el visor veremos la guía de la exposición que comentabamos en las entradas anteriores. Una escala que va de -3 o -2 a 3 o 2 pasando por el 0.

Esta escala nos indica en pasos (EV’s) que nos separan del 0, que nos indica que la exposición es la correcta. Si la marca se sitúa en los extremos, quire decir que la separación excede de esta escala de 2 o 3 pasos.

En este momento entran en juego el obturador, diafragma e iso. Si el indicador está por debajo de 0, tendremos que dejar pasar más luz al sensor, subiendo el tiempo de eposición, abriendo el diafragma o subiendo la ISO.

Si por el contrario está por encima de cero, deberemos reducirla con un tiempo más corto, cerrando diafragma o bajando la ISO.

Se trata sencillamente de llevar la eposición al 0.

Entre los valores vemos que hay 2 rallitas, ¿por qué dos y no más? ¿Recuerdas que digimos que las variaciones de tiempo, difragma e ISO la cámara las realizaba en tercios de paso? Cada rallita nos indica un tercio.

Cada vez que haga un click en un dial estarás moviendo el indicador una de esas rallitas, tercios de paso.

Una vez que estamos en el 0, enfocamos y diaramos, ya habrás hecho tu primer disparo en manual.

En futuras entradas depuraremos el método, esta ha sido una breve pero fácil introducción. Aprenderás los metodos semiautomáticos, muy útiles cuando no disponemos del tiempo necesario para una corrrecta exposición, la ley de la reciprocidad y la compensación de la exposición entre otras.

Ahora a disparar.

ISO / Sensibilidad del sensor

Hasta ahora hemos visto como mediante el tiempo de la exposición y la apertura del diafragma podemos controlar la cantidad de luz que incide en el sensor. Con ambas herramientas podemos expresar velocidad, congelar el movimiento, desenfocar los fondos o sacar imágenes nítidas.

Dicho de otra forma, sabemos como conseguir la imagen que queremos y exponerla correctamente. Pero con la llegada de las cámaras digitales, hay una nueva herramienta con la que podemos trabajar para conseguir esa exposición correcta que en cada toma necesitamos.

En la fotografía analógica comprábamos carretes y al hacerlo podíamos pedir que fuera de 100, 200, 400 asa. Los que por entonces no teníamos ni idea sólo mirábamos la cantidad de fotos del carrete. Pues dependiendo de lo elevado del asa del carrete, era más sensible a la luz, es decir, era capaz de exponer con menos cantidad de luz, ideal para situaciones de poca luz y donde no se pueden hacer largas exposiciones como fotoperiodismo, conciertos, etc…

Actualmente lo tenemos mucho más fácil, el sensor es un receptor electrónico sensible a la luz que puede cambiar esa sensibilidad foto a foto y la controlamos desde la cámara, pero como ahora veremos no es tan sencillo como decir, pues lo pongo lo más sensible posible y así me ahorro cambiarlo, forzarlo tiene sus repercusiones negativas en la calidad final de la fotografía.

Si en nuestro equipo de música subimos el volumen iremos notando como a su vez también se incrementa un ruido, parecido a un refrito, que en volúmenes muy altos es realmente molesto. Pues lo mismo sucede con el sensor, si lo forzamos para que sea más sensible a la luz y sea capaz de exponer correctamente con menos luz, tenemos como resultado la aparición de ruido. En la fotografía en ruido es la pérdida de nitidez y pixeles de tonos diferentes a los que deberían ser en realidad, ensuciando la fotografía. Existen dos tipos de ruido, en este caso es el provocado por usar una ISO alta, el otro es el provocado por el calentamiento del sensor en exposiciones prolongadas.

Los valores ISO van desde 50 o 100 dependiendo del modelo a 6400, 12800… etc. En el nivel más bajo, que se denomina ISO nativa del sensor es donde el sensor mejor se comporta en cuanto a calidad, es decir, intentaremos siempre disparar a esa ISO o a la ISO más baja posible. Al igual que la velocidad y el diafragma, la ISO se incrementa en pasos de luz o en tercios de paso.

Cuanto más alto sea el valor de la ISO más ruido aparecerá. En modelos ASP-C el ruido no se hace notable hasta pasados los 1000 ISO y en modelos Full Frame asciende a aproximadamente algo más de 2000. Como vemos, de nuevo el tamaño del sensor juega un papel muy importante a la hora de soportar ISOS altas mejor que los ASP-C.

Hay situaciones en las que podemos alargar la exposición en el tiempo porque se trata de sujetos inmóviles como bodegones, paisajes… y seguiremos usando una ISO baja alargando el tiempo de exposición, pero habrá situaciones en las que necesitemos congelar al sujeto y necesitemos velocidades altas en situaciones de poca luz y nos tocará subir la ISO a valores realmente altos para evitar que  nos salgan movidas.

Llegados a este punto ya conocemos todas las herramientas para poder hacer una correcta exposición, de forma que en el siguiente artículo veremos como se hace.

Diafragma / Apertura

Seguimos entendiendo como se llena nuestro vaso de agua, el sensor. Si con la velocidad controlábamos el tiempo que mantenemos abierta la entada de luz, con el diafragma podemos reducir o aumentar la cantidad de luz, es decir, el caudal del agua que caía en el vaso.

El grifo es el diafragma, podemos hacer que entre una gran cantidad de luz abriéndolo o muy poca cerrándolo.

El diafragma se encuentra en el objetivo, no en el cuerpo de la cámara. Está formada por unas láminas que cierran el paso de la luz.

Al igual que la velocidad, el paso de luz también se controla en pasos de luz. Es la unidad en la se mide todo, flash, iso… así que debemos empezar a acostumbrarnos. Cada paso supone doblar o disminuir a la mitad la luz.

En el diafragma junto con el obturador son las dos principales formas de controlar la luz que nos entra en el sensor.

Así como el obturador puede afectar a la imagen la apertura o cierre del diafragma también tiene su repercusión en la toma. Concretamente afecta a lo que se denomina profundidad de campo.

Aquí abordaremos parcialmente uno de los aspectos básicos de una fotografía, el enfoque. Es decir que una imagen sea nítida.

Al hacer una fotografía debemos enfocar al sujeto principal. Si se trata de un retrato y la cara del sujeto no está nítida, la fotografía resultante será un fiasco. Pues el diafragma afecta al enfoque dependiendo su apertura.

Concretamente afecta a la cantidad espacio que aparece enfocado. A ello se le denomina profundidad de campo. Exactamente es la distancia respecto al punto de enfoque en la que la toma sigue enfocada. Sabemos además que la distancia posterior al punto de enfoque es el doble que la delantera.

Es decir, que si para una apertura por ejemplo de f4 tenemos una profundidad de campo de 6 metros, si tomamos como referencia el sujeto enfocado, por delante tendremos 2 metro con enfoque y por detrás el doble, 4 metros.

Debes estar pensando, que vale, pero no acabo de pillar la relación con el diafragma, pues ahí va. Cuanto más cerrado, más profundidad de campo obtendremos y por el contrario, cuanto más abierto menos.

Si queremos desenfocar el fondo en un retrato abriremos el diafragma. Si por el contrario lo que queremos es retratar a toda la familia en la boda de nuestra prima, pues cerraremos diafragma.

Pero recordar que al cerrar diafragma estáis quitando luz al sensor de forma considerable de manera que habrá que jugar con la velocidad para obtener una buena exposición.

Un detalle que  veces se tiene poco en cuenta. La profundidad de campo no solo viene dada por la apertura del diafragma. La distancia focal del objetivo es tanto o más importante. Un tele a una gran apertura desenfocará mucho más que un angular.

¿Cómo se controla el diafragma con la cámara? A través del dial secundario o mediante el dial principal pulsando a la vez algún botón. Si sólo tenéis un dial deberéis mirar el manual de la cámara. En la pantalla de la cámara tendréis un valor al lado de la velocidad que va acompañado de una F. Esa es la apretura del diafragma.

No todo iba a ser fácil, el valor de la apertura del diafragma viene dado por una fórmula física, no es un valor arbitrario, de manera que las aperturas más grandes son los valores F más pequeños u por el contrario, un valor F alto es un diafragma más cerrado. Y para acabarlo de liar no es una numeración secuencial.

En pasos los diafragmas tienen los siguientes valores: F1.4 – F2 – F2.8 – F4 – F5.6 – F8 – F11 – F16 – F22
Si os fijáis, en pasos enteros, el siguiente valor del diafragma es el doble que el anterior. Las cámaras actuales lo regulan en tercios de paso.

Cuando miremos un objetivo veremos que no todos tienen los mismos valores máximos y mínimos de apertura, de hecho uno de los factores a tener muy en cuenta cuando compramos un objetivo nuevo es el valor de apertura máximo, siendo más caros los de aperturas mayores.

Ahora que sabemos como regular la luz que incide en el sensor mediante la velocidad y el diafragma, sólo nos falta el tercer factor en juego, la sensibilidad ISO o lo que es lo mismo, cuanto forzamos al sensor para que sea más sensible a la luz.